sábado, 25 de diciembre de 2010

La dieta rockera del reciente ex-joven (gracias Nick Hornby)

La Ley del Envejecimiento con Dignidad y Buen Gusto implica, entre otras cosas, que en lo que a música se refiere, uno va dejando atrás los rabiosos estallidos de guitarras eléctricas para ir descubriendo las sutilezas que esconden géneros sofisticados y más exigentes como el jazz, la música clásica, la bossa nova, etc. Aunque esta Ley tiene sus trangresores, como toda ley; y hoy en día no es vergonzoso seguir escuchando CIERTOS artistas de volumenes altos y baterías vehementes, más allá del cumpleaños 25. Pero hay algunos territorios musicales a los que, me da la sensación, uno no se supone que regresa. Esta última semana incluyó una nueva sesión del Club y además la Navidad, y encontré un hilo musical en común entre ambos eventos: tiene que ver con la gradual desaparición de las guitarras distorsionadas del menú musical del ex-rockero.

Sin embargo, dos de mis momentos más intensos del último Club fueron estallidos guitarreros; en el primero, Pablo B no nos reveló la identidad del grupo que estaba sonando en un loop fumón de baja intensidad y cuelgue acusticón, cuando de pronto estallaron los parlantes y el titánico riff de Iron Man pateó el tablero y nos hizo cabecear al ritmo como unos púberes sexualmente frustrados:



El otro trueno eléctrico me transportó inmediata e inesperadamente a mis seis, siete años de edad, cuando mi hermano mayor se trajo de Brasil el disco Unmasked, de Kiss. El tema de apertura, el glamorosamente rockero Is That You?", estalló con sus guitarras hifi y de pronto yo estaba en el living de la casa de Gonnet, hipnotizado y aterrorizado por esa violencia sonora traida por personajes enmascarados. Y por la famosa tapa de historieta, en la que un periodista intenta descubrir las caras de los Kiss detrás de sus máscaras, y que reforzó aún más el viaje temporal a esa época un poco boba en la que Kiss y Queen generaban insólitas rivalidades entre la juventud tan poco politizada de 1980. Yo, en cambio, discutía con mi vecino que Kiss era mucho mejor que Los Parchís, porque...no me acuerdo de mis argumentos, pero creo que la canción propone varios:



Pocos días después, la Navidad me trajo un libro que ya me había olvidado que quería (por suerte, mi chica tiene mejor memoria que yo, incluso para mis propios intereses): se trata de "31 songs", de Nick Hornby, el mismo de "Alta Fidelidad" y "About a Boy". En este caso, son 31 ensayitos inspirados por misma cantidad de canciones, sobre la musica en principio, pero siempre entremezclados de manera inseparable de la vida, las emociones, las inseguridades, etc.
Es un libro que se lee casi sin darse cuenta, por lo entretenido, no por lo insustancioso. Un pasaje en particular me parecio brillante y pertinente, con los guitarrazos recientes todavía resonando en mi cabeza. Acá Hornby dice muchas cosas que yo querría decir, mucho mejor de lo que yo podría, así que el resto de la entrada queda para él (la traducción es mía, por si los abogados de Hornby leen este humilde blog). Take it away, Nick:

Capítulo 4 - Heartbreaker - Led Zeppelin



La interpretación tradicional sobre los muchachos y su pasión por el heavy (o nu- o rap) metal consta de guitarras que sirven como sustitutos del pene, homo-eroticismo, y todo tipo de cosas que anuncian perversión, confusión y neurosis mórbidas e incurables. (...)Pero sospecho que hay una explicación musical, más que patológica, para mis tempranos escarceos con Led Zeppelin y Sabbath y Deep Purple; básicamente, que era incapaz de confiar en mi propio juicio sobre una canción. Como un adulto pretencioso pero bobo que no mira películas que no estén subtituladas, yo no escuchaba nada que no estuviera recubierto de guitarras eléctricas distorsionadas y chillonas. ¿De qué otra manera iba a saber si la música era buena? Las canciones tocadas en piano, o guitarras acústicas, por gente sin bigotes y barbas (mujeres, por ejemplo), gente que comía ensaladas en lugar de roedores...bueno, esa podría ser música mala, tratando de engañarme. Esa podía ser gente haciéndose pasar por los Beatles cuando no lo eran. ¿Cómo podría yo detectarlo, si todo era encubierto de esa manera? No, mejor evitar toda la cuestión de lo bueno y lo malo y quedarse con lo fuerte. No podías equivocarte demasiado con lo fuerte.(...)

Así que para mí, aprender a amar las canciones más tranquilas - canciones de country, de soul, de folk, baladas cantadas por mujeres e interpretadas en el piano o la viola o alguna maldita cosa del estilo, canciones con coros y con títulos como 'Carey' (porque ¿a quién que tenga un par de oídos que funcionan no le encanta Blue de Joni Mitchell?) - no consiste en crecer, sino en adquirir una confianza musical, una habilidad para juzgar por mi mismo. A veces parece que, con cada año que pasa, he ido quitando una nueva capa de guitarra ruidosa, hasta que finalmente he llegado al punto en el que puedo, espero, diferenciar una buena canción de George Jones de una mala. Las canciones así de desnudas, sin una pizca de Stratocaster, son atemorizantes: tenemos que descifrarlas solos. Y entonces, una vez que podemos hacer eso, nos volvemos tan haraganes y temerosos de nuestro propio juicio como cuando teníamos catorce. ¿Cómo saber si un CD es bueno? Buscamos una tapa en blanco y negro, evidencia de violoncellos, tal vez una participación invitada de alguien con clase, algunos títulos de canciones irónicos, un sticker con una cita sacada de una reseña en Mojo o algún diario serio, tal vez un par de referencias literarias o cinematográficas en algún lugar. Y, por supuesto, dejamos totalmente de escuchar música hecha por hombres gritones, con pantalones de cuero y pelo desprolijo. Porque ¿cómo vamos a saber si es bueno o no, cuando suena así de fuerte, en manos de gente aparantemente tan hostil a la discreta estética de la modernidad?

Yo descubrí en algún momento de estos últimos años que mi dieta musical venía baja en hidratos de carbono, y que el riff de rock es esencial para una buena nutrición - espcialmente en el auto y en giras de presentación de libros, cuando necesitás algo rápido y barato para atravesar un largo día. Nirvana, The Bends y Chemical Brothers me reabrieron el apetito, pero solo Led Zeppelin lo pudo satisfacer.(...) Lo que más me gusta de redescubrir a Led Zeppelin - y escuchar a los Chemical Brothers, y The Bends - es que ya no tienen fácil cabida en mi vida. Tanto de lo que te ocupa cuando envejecés consiste en adaptarte; tengo hijos, y vecinos, y una pareja que viviría feliz sin volver a escuchar otro riff de blues-metal o block-rockin' beat en su vida; tengo menos tiempo, menos tolerancia para la boludez, más interés en el buen gusto, más confianza en mi propio juicio. La cultura con la que me rodeo es un reflejo de mi personalidad y de las circunstancias de mi vida, y así debería ser, en parte. Al aprender a hacer esto, sin embargo, también se pierden algunas cosas, y una de las que se perdieron - junto con el gusto por, pongamos, dramas hospitalarios sobre niños enfermos, y el cine experimental - es Jimmy Page. El ruido que él hace no es ya quien soy hoy, pero todavía es un ruido que vale la pena escuchar; es también un recordatorio de que el intento de crecer inteligentemente tiene un precio."

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Vacas sagradas desecradas

En nuestra última sesión del Club, me encontré haciendo algo que me provocó una mezcla de culpa por el daño infligido y el placer liberador de decir lo que uno viene sospechando por dentro: me vi denostando a una banda altamente preciada para varios de los que estaban ahí presentes. La banda: The Smiths.


La acusación
: que tienen un sonido ordinario ("fogonero" fue mi epíteto más usado), que las melodías de Morrisey son siempre las mismas (llegué a hacer una imitación de una indistinguible melodía Morriseyana sobre alguno de los temas que sonaron, y me pareció bastante acertada), que las elecciones sobre la producción lo atan a los 80's de una manera que no envejeció bien.
Los atenuantes: que las letras de Morrisey suelen ser buenas. (Excepto "Girlfriend in a coma", que me parece de un golpebajismo efectista innecesario). ¿Otros atenuantes? Bueno, no recuerdo haber encontrado otros yo, excepto que tuve que conceder que tal vez no hubiera escuchado sus mejores temas.
Pero lo interesante no es tanto este caso en particular, sino lo que representa: un momento de rebelión ante lo irreprochable, que uno no sabe cuánto tiene de verdadera opinión y cuánto simplemente de contrera molesto, ese adolescente interior moribundo pero que cada tanto revive para despreciar a la autoridad.
Otro caso que surgió en el encuentro: Bob Dylan.



Figura reverenciada si las hay dentro de la "cultura rock" (puaj, qué sabor a Rolling Stone me queda en la boca al decir eso), entre nosotros nos confesamos que ninguno disfruta de escucharlo, de su voz nasal, de sus canciones simplonas y repetitivas. Pero eso sí, no le digan al fundador del Club, que nos echa de su creación...
Tengo un amigo que dice no obtener ningún placer de la obra de David Bowie.



Y aunque cuando sale el tema, estira nuestra amistad al punto de casi romperse, entiendo que para él debe ser extraño y atemorizante verse rodeado de elogiadores absolutos del Duque Blanco, mientras él queda como el último oyente con criterio, como si estuviera en la escena final de Los Invasores de Cuerpos.
En fin, todos tenemos nuestro totem de pies de barro, y llevamos dentro nuestro iconoclasta inconformista. Y aunque no lo usemos solamente para la música, es un lugar en el que suele expresarse con fuerza ridícula, y hasta sorprendente para nosotros mismos. Después de todo, es más fácil rebelarse en el mundo del consumo cultural que en otros aspectos más complejos...
¿A cuál consagrado le tienen bronca ustedes?

lunes, 13 de septiembre de 2010

Actividades para los días de lluvia

Siguiendo en la línea de los post tecnológicos, les dejo una simple secuencia que les permitirá finalmente compartir aquellos incunables con sus amigos... sin necesidad de prestárselos!

(yo sé de un socio al que se le puede pedir un frasco lleno de látex siliconado para experimentar)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Algunos mitos sobre la fabricación de vinilos

Encontré este sitio en inglés que toma algunos mitos sobre los vinilos, su situación actual y su fabricación, para separar la paja del trigo. En algunos casos, son mitos que solo pueden haber llegado a oídos de especialistas, pero contiene un video sobre la fabricación de vinilos y las etiquetas que puede interesar:

http://recordpressing.wordpress.com/2010/03/10/top-ten-vinyl-record-myths-2/

by Sophia Hernandez

MYTH # 10

Only old music sells on vinyl

False.
In 2009, Radiohead was the #1 selling artist on vinyl.

(Source: Soundscan 2009)

MYTH # 9

Vinyl is dead

Not even close.
Vinyl is the only physical music medium that is increasing in sales. In
2009, more than 2.5 million vinyl records were sold in the United States.
Best Buy, the third largest music retailer, now has 50 stores that carry
vinyl albums. Check out these articles on the rebirth of vinyl:

Vinyl Records and Turntables Are Gaining Sales
– New York Times

In a
digital age, vinyl’s making a comeback
– Los Angeles Times

Vinyl Gets Its Groove Back
– Time Magazine
In 2009

MYTH # 8

New vinyl manufacturing equipment is currently being manufactured

False.
There’s no doubt that pressing machinery is in high demand with the
incredible resurgence of vinyl records. However, very little new manufacturing equipment is being made today. For example, the last cutting lathes were manufactured in the 1980s, and can only be found through independent service consultants and cutting room service departments.

MYTH # 7

7″ vinyl cut at 33rpm sounds as good as 12″ vinyl cut at 33rpm

False.
It’s never a good idea to cut a 7″ at 33 rotations per minute, it generally
sounds bad. 7″ records are smaller, so naturally the grooves are more
compressed. As the grooves get closer to the center of a record the groove
width is reduced. Therefore, at the slower speed of 33rpm, distortion can be highly noticeable and cause an unattractive sound. With the circumference of 12″ records, there is more surface area to experiment with. It is more manageable to engrave the outside of the disc where there is better frequency response and minimal tracing distortion. If you have your heart set on putting out a 7″ record, remember that it is highly recommended to record at the speed of 45rpm.

MYTH # 6

7″ vinyl always comes with a big spindle hole

False.
Back in the 1950s, 7″ records were made with large spindle holes for one
main reason: it allows easier handling by jukeboxes. You can still find
them, and Record Pressing can still make them with both large and small
spindle holes.

MYTH # 5

Gold records are made of gold

False.
If this were true, I would have tried getting my hands on one a long time ago. When an artist goes “gold” or “platinum” it refers to the number of albums that were sold. Initially, trimmed and plated metal masters, mothers, or stampers were used to make the awards. Most gold and platinum records are actual vinyl records dipped in metallic paint. Sorry metal detector aficionados.

MYTH # 4

You can NOT play a lacquer master on a record player

False.
Yes you can! If you have a turntable or lathe that accommodates a 14 inch disc, the size of lacquer masters, you can play it. You can even play the mother, a metal version of the record. The only thing you cannot play on a record player is a stamper itself because these are created as the negatives meaning that the grooves are reversed.

MYTH # 3

Direct Metal Mastering (DMM) sounds better than lacquer mastering

False.
There is a difference between the two processes, but there is a consensus that lacquer mastering simply has a better, warmer sound. DMM works well with long LPs – there is better pitch control in the system (for those that have not been back-converted to lacquer as most have), which is better for longer lengths (albums etc.). There is also higher frequency response and, because of this, grooves cannot be cut as deep and there is sometimes a tin-type sound to DMM. For warmer, deeper sound and better base response, lacquer mastering is the way to go. Lacquers can also be significantly louder on EP’s or singles than DMM. Have you ever wondered where dubstep gets that explosive bass that shakes your entire body? That’s lacquer mastering at its finest.

MYTH # 2

Record labels are glued on

False.
In the vinyl manufacturing process, special paper is used and baked to remove all moisture that makes adhesion possible. There is no glue used in the manufacturing process. Instead, special PVC melted into rubber patties, called “biscuits,” are placed between two record labels in a press. A metal stamper is used to apply pressure at a very hot temperature to melt and mold the biscuit and labels together to create the vinyl record.
Check out this YouTube video to see the process:

MYTH # 1

You can cut deeper grooves in a 180 gram record than in a thinner record

False.
A record press can only produce grooves that are as deep as the cuts in the lacquer master. This depth is far shallower than any record thickness. Consequently, the thickness or thinness of the record has no impact on the depth of the grooves. Considering this, there has yet to be a record made where the two sides of the grooves meet in the middle meaning a thicker record is not necessarily advantageous. However, some artists, producers and consumers prefer the benefits of a thicker record which include reduced warp, less breakage, longer lasting quality, and that the weight of the records make them nicer to hold.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Arcade Fire - manteniendo encendida y fría la antorcha oscura

En estos días acaba de salir el 3er disco de Arcade Fire, "Suburbs". Este grupo de Montreal parió uno de los mejores discos de la década 00, "Funeral". Vi ese disco en versión vinilo en Europa, pero mis autolimitaciones presupuestarias me hicieron seguir de largo.



Si esa decisión se convertirá en un arrepentimiento se sabrá en el futuro, dependiendo de si los AF son en los 2020 los artistas más valorados e idolatrados de la música popular, por haber resucitado al vegetativo cuerpo del rock, o si el descenso en calidad que percibí en su segundo disco, "Neon bible", continúa en "Suburbs", y pronto quedarán como otra banda con el "síndrome Strokes". O sea, un debut aclamado y al que muchos apuestan varias fichitas, que terminan cayendo en el ranking cual Gato Gaudio post-Roland Garros.
Pero probablemente, si la vida me vuelve a presentar la posibilidad de llevarme una copia en lustroso vinilo de "Funeral", no la vuelva a desaprovechar. Porque, ante todo, trae esta tremenda canción que de tan buena, logró que David Bowie hiciera una de sus últimas apariciones públicas:

miércoles, 28 de julio de 2010

El Ritmo: Reflexiones Rápidas para una Relación Ríspida

En mi colección de vinilos, hay una parte importante dedicada al rock progresivo y experimental de los '70s. Pero también tengo mi buen conjunto de LPs de soul y funk, aunque con sobreabundancia de recopilaciones en estado border. Y el enorme placer que me dio este fin de semana haber hecho bailar a unas 70 personas en una fiesta durante más de 3 horas, solamente usando mi colección, me hizo recordar la relación extraña que tenemos los melómanos, los coleccionistas, los rockeros y los argentinos con esa característica básica de la música: el ritmo.

No fueron las notas, no fue el timbre
Sabemos que el ritmo casi seguramente haya sido el elemento de la música que le dio origen; dudo que algún Neanderthal con oído absoluto haya inventado la armonía descubriendo que podía hacer un acorde armonizando con su voz el chillido del pterodáctilo. Y obviamente, además del prestigio de socio fundador, el ritmo es lo que mejor le permite a la música cumplir su rol social, sea en el boliche más technoso de Manchester como en el ritual más reglamentado de Mumbai. Pero se ve que en algún momento, su prestigio decayó; si tengo que pensar en tiempo y lugar, diría en Europa transitando el siglo XIX. Y desde entonces, con la división entre música culta (que no solo no permite el baile, sino que casi que lo impide conscientemente) y popular, de menor prestigio, el ritmo quedó visto dentro de algunos circuitos musicales como un elemento un poco vulgar, barato, populista.

Mirá qué buen riff en 9/4
Estas generalizaciones, hechas a puro instinto y sin ningún respaldo más que mis propias ideas y conocimientos, las puedo ejemplificar con mi época de adolescente embanderado en la música no comercial. En pleno auge del pop de fines de los '80s, y con la movida Madchester esperando a ser descubierta, yo, y muchos de mis amigos, admirábamos la dificultad en poder contar el compás de un fragmento de un disco de King Crimson, y la manera en que el baterista Bill Bruford podía tocar eso una y otra vez sin perderse.



Y fue un buen juego, y me enseñó todo un mundo de posibilidades musicales por fuera del 4/4 con el que el rock está tan casado. Pero por otro lado, me convirtió en un paria en las fiestas, en las que mi cuerpo no sabía qué hacer con esos pulsos machacantes, y mi oído acostumbrado a ser sorprendido a cada compás no entendía por qué nadie más parecía aburrirse con algo que era "todo igual".

Vi la luz, vi el groove
De a poco, y por necesidad de inaugurar mi vida sexual, fui animándome a dejarme llevar por el efecto hipnótico de canciones con una fuerte impronta rítmica, y de a poco fui educando mi placer auditivo para poder detectar cuándo una canción tenía esa cualidad casi mágica, que unos pocos dominan bien y tantos creen tener cuando en realidad les falta: el groove. El groove es una palabra intraducible porque usada en este sentido, quiere decir algo así como "la marcha fluída" de un tema, esa manera en que los varios instrumentos encajan rítmicamente de una manera que parece todo funcionar en simultáneo como una locomotora de tren, y que genera la sensación de querer montarse a ese tren y seguir en él un rato largo, largo. Es más bien lo contrario de mi manera anterior de escuchar en mi época progresiva, en la que buscaba todo el tiempo la ruptura de las expectativas. Cuando uno escucha al rey del groove, el Padrino del Soul, James Brown, lo que menos quiere es ser sorprendido; quiere que la marcha no se detenga, y que te mantenga interesado gracias a entradas y salidas de instrumentos, gracias a sus gritos guturales, pero por favor que los BPM se mantengan casi constantes.



El groove está muy emparentado con la música negra, claro; pero hay muchos músicos blancos que manejan el concepto y lo usan como ancla de su música. En la fiesta, por ejemplo, era claro que los Beastie Boys son una ametralladora de palabras de sincronización perfecta, y lo hacen cabalgando sobre loops que de por sí tienen un groove enorme, en general de discos de funk viejos.




Tomatazos a Travolta
Y me quedó claro por la selección de rock nacional que tuve que hacer que, por mucho tiempo (desde que se acabó el beat argentino hasta que Virus y la primavera alfonsinista trajeron el baile al rock), el groove fue una concesión comercial que pertenecía al ámbito de la música "complaciente", y a enemigos como la música disco. En los '90s, se rescató el groove rioplatense del candombe y la murga, pero por otro lado una parte del rock alternativo seguía mirando con sospecha a cualquier cosa que se pudiera bailar; El Otro Yo es un buen ejemplo de eso.



Y por otro lado, percibí que Cerati tuvo bien presente el groove ya desde la guitarra rítmica que inicia "Nada personal", mucho antes de pensar en hacer música electrónica.



La felicidad es una marcha caliente
En la fiesta, los momentos que más disfruté fue cuando puse mis discos de soul y funk; algunos temas de Sly & the Family Stone, por ejemplo, generaban una felicidad comunitaria que dudo que se haya superado en Pachá o en cualquier rave original.



Porque aunque fueran temas que nadie conocía, los seleccioné por su groove imparable; y cualquier ingrediente que se agregara por encima, ya era una ganancia extra. Así que no sonaban los hits recontraescuchados y casi quemados ("Billie Jean" sigue funcionando como el primer día, aunque no necesito escucharla nunca más); sonaban canciones totalmente desconocidas para todos los de la fiesta, menos para mí y con suerte alguno más. Pero al contrario de lo que suele ocurrir con lo desconocido, nadie dejaba de bailar, y otros se sumaban. Y ahí hay algo que no debería subestimarse, porque después de todo, se supone que escuchamos música para obtener placer. Y en la fiesta, el placer casi se podía respirar en el aire, cada vez que desde los parlantes sonaba ese milagro rítmico que es el groove.

domingo, 30 de mayo de 2010

Los 15 mejores comienzos

(Hace algunos días publiqué en Facebook esta nota. Acá va también para nuestro apreciado Club!).

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Hay discos que empiezan muy bien... Eso es algo que merece un ranking!

Y como últimamente me han dicho que parezco Rob Gordon, me he puesto a armar mi selección, por supuesto con la esperanza de no encontrar adherentes sino colaboradores en sugerencias y críticas a la lista en cuestión.

Pero... ¿De qué estamos hablando? La idea es reconocer el valor compositivo de los primeros segundos de un disco. Esos 60 segundos iniciales que introducen a lo que vendrá después. En diferentes formas, por diferentes métodos, cada inicio de los discos de esta lista resulta extraordinario!

No he incluido grabaciones nacionales, pero no podría hablar de arranques sin invocar al de Artaud, donde Spinetta daba comienzo a su etapa solista, muuuy joven, pisando firme y elevado. Tampoco participan en esta lista los registros de jazz u otras músicas que no se asemejen al rock. Si estuvieran incluidos, no se hubiesen escapado los comienzos de Time out de Dave Brubeck, o Combustication de Medeski Martin & Wood, por citar dos referentes bien disímiles. La música instrumental argentina también tiene los suyos... Nada describe mejor a un disco por venir que el inicio de Una nave de Guillermo Klein... discazo!

En fin... vamos al ranking. Sepan disculpar mis olvidos y la subjetividad (ya son mis especialidades). En todo caso, estaré muy agradecido si opinan y agregan todo aquello que yo no haya sabido abarcar.

Nº1: Dark side of the moon - Pink Floyd. Es fácil suponer que el mejor comienzo debía corresponder al mejor disco de la historia del rock (tiro frases para la polémica!). Y por no repetir autores han quedado afuera de este ranking Animals y The wall, cuyos primeros segundos son celestiales!

Nº2: Foxtrot - Genesis. Imagínense en el año 1972, vuelven a su casa con el nuevo disco de la banda, lo desenvuelven, suavemente lo colocan en su bandeja, suben el volumen y por primera vez en sus vidas escuchan esto...

Nº3: Close to the edge - Yes. Imposible dejarlos afuera. Si coincidimos en que los primeros segundos de un disco deben crear el clima de lo que vendrá, ellos han elaborado las atmósferas para la mejor apreciación de cada una de sus obras.

Nº4: The joshua tree - U2. Tengo la sensación de que Bono y cía no sabían muy bien lo que estaban haciendo. Después de Achtung Baby tomaron conciencia y no pudieron sacar nunca más un disco que se acerque a los anteriores.

Nº5: Third - Portishead. Cuando salió no le presté mucha atención, y ahora no puedo creer que exista un disco tan enorme y bien logrado. Realmente vale la pena esperar todos los años que se toma la banda para editar algo nuevo.

Nº6: Misplaced childhood - Marillion. Sus primeros 3 temas vienen pegaditos y te sumergen definitivamente en el clima necesario. Es imposible imaginar otro comienzo!

Nº7: Abbey road - The beatles. Perdón... ya sé que caí en una obviedad, pero no podía evitarlo. Creo que es el tema que mejor ha cantado John Lennon en toda su carrera.

Nº8: Mezzanine - Massive attack. Es fascinante este ingreso. La forma en que se acumulan las capas de ideas sonoras es genial, y tal vez ese sea el recurso mejor y más utilizado por la banda.

Nº9: Kid A - Radiohead. Es cierto, Ok computer y The bends arrancan demasiado bien. Pero Radiohead es un caso parecido a Pink Floyd... (podría haber llenado esta lista sólo con ellos dos).

Nº10: Automatic for the people - REM. No creo que Drive sea solamente una canción. Me parece que tiene toda la intención de introducirnos en lo que viene. Nada más ni nada menos que eso!

Nº11: Illinois - Sufjan Stevens. No sé qué le habrá pasado a este señor en el 2006, pero escupió una torre de canciones muy bien arregladas, que en conjunto arman un muy agradable recorrido, que se inicia de esta gran forma.

Nº12: Yoshimi battles the pink robots - The flaming lips. Infaltables!... (y con un poco de ayuda de Cat Stevens).

Nº13: A rush of blood to the head - Coldplay. Ya sé, no quedo muy bien insistiendo con que este disco es importante, pero no pienso rendirme. Hay que dejar pasar 5 años sin escucharlo y, al volver a sonar, cada tema vuelve a merecer nuestra admiración. El comienzo... comprometido y con firmeza (este era, apenas, el segundo disco de la banda!). Después siguieron demostrando que los inicios de sus discos eran importantes para ellos.

Nº14: Yankee hotel foxtrot - Wilco. Genios!

Nº15: The fragile - Nine inch nails. Un primer tema como para que no queden dudas de lo que vendrá después.

Freno en 15, se podría seguir con mucho más... lo dejo en sus manos!

sábado, 27 de marzo de 2010

5ta edición... libre!

Para esta 5ta edición del Club del Vinilo (bajo consigna libre) me incliné por los discos dobles.

Hay mucho para decir acerca de los dobles... En principio, no sé bien porqué, habría que reflexionar un poco acerca del extraño prestigio que rodea al disco doble por el simple hecho de la cantidad de música incluida (aunque, todos sabemos, hay cada plomazo en este formato!!). Cada vez que nos preguntamos cuál será la obra cumbre de algún artista lo primero que repasamos en nuestras mentes es la producción doble. Aunque unos segundos después podamos identificar otro disco como el registro más sobresaliente, todos tendemos a pensar primero en el Album Blanco para los Beatles, en The Wall para Pink Floyd, en The Lamb Lies Down on Broadway para Genesis, y así con muchos más.

Pero el doble no sólo impacta por su tiempo de duración. En las dimensiones de un vinilo es contundente el campo gráfico, el objeto impone cierto respeto cuando se abre y si está bien aprovechado puede resultar un muy interesante campo visual. ¿O acaso no nos intriga profundamente cuál será el tratamiento del interior en un disco doble apenas lo agarramos?

Está claro que el CD aniquiló a las connotaciones del disco doble. Los 74 minutos en vinilo eran imposibles para un solo disco y ahora muchos CDs simples duran casi todo ese tiempo. Esta situación puede ser aceptada como un avance positivo o todo lo contrario. Si bien es cierto que levantarse cuatro veces para dar vuelta el disco hace bastante interrumpida la escucha. Pero una producción de más de una hora metida en una cajita de 12x14 centímetros parece una tomada de pelo. Los amantes del vinilo defenderemos a muerte la correcta relación de proporciones entre el contenido y su envase. Tal vez sea ese el espíritu fundamental de nuestro vínculo con estos delgados cartones de 30x30.

Queda mucho por decir en torno al disco doble... lo dejo en sus manos!

Mis elegidos para la 5ta edición del Club:

Queen - Killers Live
Fue el primer disco que tuve. En 1981 llegaba Queen a la Argentina y yo, con apenas 8 años, ya me moría por ir a verlos. En una visita a mis primas de Córdoba encontré este vinilo entre sus discos más escuchados. Ellas, en plena adolescencia, lo habían atacado con grafitis en birome por todas partes, testimonios de sus sufrimientos amorosos y algunas precarias reflexiones filosóficas. Creo que en ese momento, a pesar de mi temprana edad, me molestó que lo hubieran descuidado tanto, y sin dudarlo lo tomé prestado... de por vida!

Supertramp - Live in Paris
Unos años después, cuando ya había aflojado el fervor por Queen (tal vez frustrado porque mi madre había devuelto las entradas para asistir conmigo al concierto en Vélez), me centré en Supertramp. La banda ya se estaba separando y, cuando corría 1983, yo escuchaba varias veces por día el cassette de Famous Last Words, el último con Roger Hodgson. Pero en esos días sumaba el doble en París a mi colección... definitivamente es una música muy digna y digerible para un joven de aproximadamente 10 años.

Wilco - Yankee Hotel Foxtrot
No sé qué me tuvo tan distraído estos últimos años que recién hace algunos meses descubrí a Wilco. Es inevitable enviciarse con su música. Los registros de esta década son geniales y vale la pena pasarse tantas horas repitiendo cada uno hasta digerirlos completamente. Mi preferido es Yankee Hotel Foxtrot, por eso cuando mi amigo Julián me notificó acerca de la existencia de un vinilo en buen precio no dudé en comprarlo... lo que significó volver a pagar por un un disco de vinilo después de casi 20 años sin hacerlo.

Sorprendentemente, Wilco no es una banda muy conocida por los miembros del Club. Así que su aparición dio para hablar de ellos. Yo no puedo parar de escucharlos desde hace ya algunas semanas. Si quieren caer en esta misma adicción acá va un listado de temas que seguro los van a enviciar. Pertenecen a 4 discos de Wilco: Yankee Hotel Foxtrot (2002), A Ghost is Born (2004), Sky Blue Sky (2007) y Wilco - The Album (2009).

1. Radio cure (Yankee Hotel Foxtrot)
2. Hate It Here (Sky Blue Sky)
3. Handshake drugs (A Ghost is Born)
4. Jesus, etc (Yankee Hotel Foxtrot)
5. Side with the Seeds (Sky Blue Sky)
6. You Are My Face (Sky Blue Sky)
7. Deeper Down (Wilco - The Album)
8. Walken (Sky Blue Sky)
9. Heavy metal drummer (Yankee Hotel Foxtrot)
10. I am trying to break your heart (Yankee Hotel Foxtrot)
11. Either Way (Sky Blue Sky)
12. Bull Black Nova (Wilco - The Album)
13. I'm the man who loves you (Yankee Hotel Foxtrot)
14. Hummingbird (A Ghost is Born)
15. At least that's what you said (A Ghost is Born)

Si quieren indigestarse con muchas más de estas canciones pueden visitar la web de la banda.

martes, 23 de febrero de 2010

Covers

Estos fueron mis covers seleccionados:

"Tomorrow never knows" (The Beatles, Revolver) por Phil Collins (Face Value). Le arruiné una opción a Pablo, pero al menos en mi caso no tuve que buscar en Internet. De hecho, conocí la versión Collins antes que la original (vergüenza). Pero es una buena versión, le agrega unos arreglos vocales y modifica el loop de la batería. Y muestra lo que podría haber sido Collins en otro universo.


"America" (Simon and Garfunkel) por Yes (en "Yesterdays"). Otro caso de músicos de los 70s mostrando sus respetos por la generación apenas anterior. En este caso, estirando un tranquilo tema folk de 3 minutos a 10, con solo estilo rockabilly a cargo de Howe incluido. No está mal como canción de Yes; como versión, es un elefante.

"See Emily play" (Pink Floyd, "Relics") por David Bowie (en "Pinups"). Como nadie estaba usando el disco de covers más paradigmático del rock inglés, decidí tomarlo para poder reproducir la gloria de Barrett, esa perla psicodélica que en menos de 4 minutos te lleva de paseo por la pradera y la galaxia. Bowie hace lo que puede; lo importante es su declaración de admiración.


Casi armo una exclusiva de versiones de los Beatles, es más, exclusiva de Let It Be, incluyendo dos de Aretha Franklin (The long and winding road y Let it be), y Across the Universe por Bowie en Young Americans. Pero en la variedad está el gusto...

Igual, ¡qué canciones más viejas! Parece que mi colección es tendenciosa, sé que en los setentas y más allá, la gente siguió grabando versiones de temas de otros...pero no las tengo, se ve.

domingo, 21 de febrero de 2010

vinilo #4: los covers!

Después de un encuentro lleno de polémicas y reflexiones, invito a los integrantes del Club a publicar su selección de covers. Acá van los míos:

Long distance roundabout (Yes, del vinilo Yessongs)
por The Bad Plus & Wendy Lewis (en el el cd For all I care)

Dear prudence (Beatles, del vinilo White album)
por Brad Mehldau (en el cd Largo)

Fragile (de Sting, Nothing like the sun)
por Cassandra Wilson (en el cd Glamoured)

Y como bonus track, les dejo para que escuchen unos covers dedicados a cada miembros del Club (a ver si adivinan cuál va para quién):

- How deep is your love (Bee Gees) por The Bad Plus & Wendy Lewis

- Landslide (Fleetwood Mac) por Smashing Pumpkins

- Feelings (Albert Morris) por Nina Simone

- The maker (Daniel Lanois) por Dave Matthews

- Hey Joe (Jimi Hendrix) por Medeski, Martin & Wood

Y ya sé, esto no tiene nada que ver con los covers, pero apareció Nina Simone y no puedo evitar dejarles esto también: Lilac wine

miércoles, 20 de enero de 2010

La lista de la polémica

Al ver la lista del Topo intenté reproducirla en versión propia. Repasé mentalmente algunos discos “actuales” de mi discoteca y al rato me di cuenta ¡que la mayoría eran previos al 2000! La primera reacción: ¡el Topo sí que está en la pomada! ¡estoy colgado de la liana desde hace diez años! y largo etcétera.

Sin embargo hilando un poco más fino tengo pude hacer una observación de la lista. Seamos honestos. El Topo también es víctima del achaque de los años. Estamos viejos. De los 30 discos no hay casi ninguno de bandas que hayan surgido en esta década. Sacando los Yeah, yeah, yeahs y TV on The Radio (que en realidad serían como la misma banda…) y dejando de lado la veta jazzera (¡este blog es sobre cultura popular!) prácticamente todos los demás discos son lo mejorcito que hicieron en la década tipos consagrados en el siglo pasado y cuyos mejores despuntes pertenecen a otros tiempos. Heathen me encanta, 100th Window puede estar bien pero empalidecen al lado de, que se yo, Low, Blue Lines.

Todo este preámbulo no es para criticar al Topo (lo haría pero realmente no estoy en posición) sino para plantear este interrogante: ¿casi no surgieron bandas dignas en la última década? ¿Somos unos vejetes incapaces de sensibilizarnos ante el ímpetu de la nueva ola? ¿Ya no es época de grandes discos debut sino de grandes discos de bandas maduras? (caso Radiohead) ¿Sólo nos interesan las bandas maduras porque somos unos vejetes? ¿Somos unos vejetes?

lunes, 11 de enero de 2010

Los 30 mejores de la década, para discutir...

Mis vinilos, una humildísima colección adquirida en lo peor de los ochenta, no harían más que enchastrar esta página repleta de títulos respetados por todos los integrantes del Club. "El blog no se mancha!", enuncia un sabio consejo popular.

Así que, considerando que acá cada uno pone lo que le da la gana, prefiero generar polémicas aprovechando el fin de la década. Acá van mis 30 elegidos de estos últimos 10 años de producción discográfica:













1. Radiohead: Kid A
2. Arcade Fire: Funeral
3. Dave Douglas: A thousand evenings
4. Beck: Sea Change
5. Radiohead: Hail to the Thief
6. The bad plus: These are the vistas
7. Esbjörn Svensson Trio: Viaticum
8. Wilco: Yankee Hotel Foxtrot
9. Radiohead: In Rainbows
10. Eels: Blinking lights and other revelations
11. Arcade Fire: Neon Bible
12. TV on the Radio: Return to Cookie Mountain
13. Thom Yorke: The eraser
14. Björk: Vespertine
15. Radiohead: Amnesiac
16. Brad Mehldau Trio: Day is done
17. David Bowie: Heathen
18. Charles Lloyd Quartet: Rabo de Nube
19. Massive Attack: 100th window
20. Coldplay: A Rush of Blood to the Head
21. Yeah Yeah Yeahs: Show your bones
22. Arnaldo Antunes: Ao vivo no estúdio
23. Pat Metheny: One quiet night
24. Vitor Ramil: Ramilonga
25. Moreno Veloso: Máquina de escrever música
26. Juana Molina: Tres cosas
27. Norah Jones: Come Away With Me
28. Amadou & Miriam: Dimanche a Bamako
29. Benjamin Biolay: Rose Kennedy
30. Red Hot Chili Peppers: Stadium Arcadium

Bonus tracks:
31. Mercury Rev: All is dream
32. Sufjan Stevens: Illinois
33. The Flaming Lips: Yoshimi Battles The Pink Robots

Comentarios, puetadas y sugerencias, son bienvenidas!!

domingo, 10 de enero de 2010

Los elegidos de otro miembro (je)

Aquí van mis selecciones hasta hoy (con ausente en el #2):

Encuentro #1:


The Kinks / Something Else (argentina, hecha bolsa)






Pink Floyd / A Saucerful of Secrets (do Brasil)




David Bowie / Ziggy Stardust (edición japonesa!!)







The Beatles / Magical Mystery Tour (yanqui, con librito)





Jethro Tull / Thick as a Brick





Encuentro #3:

Supertramp / The Early Years (argentina, en Pque Rivadavia ppios 90)







Led Zeppelin / Physical Graffiti (edición nacional, regalo de cumpleaños)





Van der Graaf Generator / Godbluff (prestado ad eternum de amigo de amigo)





Air Supply / Greatest Hits (nacional, para nostalgia adolescente de mi mujer)





bonus track: The Who / A Quick One While He's Away (en versión doble junto con The Who For Sale)




Y yo sí creo en registrar las consignas, si no me parece que las selecciones pierden parte de su sentido al verlas escritas:

Encuentro # 1:
Los 5 discos que más te enorgullece tener

Encuentro # 2:
Álbumes que quedan fuera del canon

Encuentro # 3:
2 discos machazos y 2 tragaleches

Pronto tendremos que escribir sobre 1 selección de cada encuentro. Por ahora, me doy por hecho.

Mis selecciones


Es cierto que las temáticas del club tienen mucho de arbitrarias, así que no tiene demasiado sentido conocer las consignas. Pero tal vez ver el listado de las selecciones hechas por cada miembro sirva para trazar luego algún perfil... o no! El orden es el del recuerdo...

Por lo pronto, van las mías:

Encuentro #1:

Artaud / Pescado Rabioso..
Doolittle / Pixies
Brian Eno / Before and after science
John Cale / The academy in peril
Radiohead / Amnesiac

Encuentro #2:

Matching Mole / Little Red Record
Metrópoli / Viaje al más acá.
The Rolling Stones / Their satanic majesties request.

Encuentro #3:

Hüsker Dü /Candy apple grey
Deep Purple / Who do we think we are?
Beastie Boys / Licensed to ill.
Eno, Moebius, Roedelius / After the heat