miércoles, 4 de agosto de 2010

Arcade Fire - manteniendo encendida y fría la antorcha oscura

En estos días acaba de salir el 3er disco de Arcade Fire, "Suburbs". Este grupo de Montreal parió uno de los mejores discos de la década 00, "Funeral". Vi ese disco en versión vinilo en Europa, pero mis autolimitaciones presupuestarias me hicieron seguir de largo.



Si esa decisión se convertirá en un arrepentimiento se sabrá en el futuro, dependiendo de si los AF son en los 2020 los artistas más valorados e idolatrados de la música popular, por haber resucitado al vegetativo cuerpo del rock, o si el descenso en calidad que percibí en su segundo disco, "Neon bible", continúa en "Suburbs", y pronto quedarán como otra banda con el "síndrome Strokes". O sea, un debut aclamado y al que muchos apuestan varias fichitas, que terminan cayendo en el ranking cual Gato Gaudio post-Roland Garros.
Pero probablemente, si la vida me vuelve a presentar la posibilidad de llevarme una copia en lustroso vinilo de "Funeral", no la vuelva a desaprovechar. Porque, ante todo, trae esta tremenda canción que de tan buena, logró que David Bowie hiciera una de sus últimas apariciones públicas: